lunes, 23 de enero de 2012

los minisinvergüenzas

La economía de producción previa a los 80s y a la globalización servía para darnos empleo a todos o a casi todos. Pero ahora ya no. Se necesita menos gente. Los gobernantes, que siguen las tendencias económicas porque obtienen muchos beneficios de ellas, están de acuerdo con que la economía emplee cada vez a menos gente (a 5 millones menos), lo que aumenta la competitividad en el exterior y el lucro.
Pero, qué hacer con los 5 millones de parados que ya no nos sirven... ¿qué hace el gobierno para que no se les escape de control esa población marginada?
Nos alelan con medidas como un subsidio de 400 euros para narcotizarnos, un narcosubsidio que sirve para compra-pipas-y-un-paquete-de-Chester. Nos insuflan una dosis de fútbol en radio-tele-prensa jamás conocida en ninguna otra nación civilizada. O nos sugieren cosas como lo de los minijobs.
Porque con los miniempleos tienen un plan oculto. No quieren darnos trabajo, quieren alelarnos más aún con la idea de que existen mini-sinverguenzas. Suena extraño, ¿verdad? No lo es tanto. Explicaré cómo y porqué.
Los minijobs te dan 400 euros de minisalario, como máximo. Es, curiosamente, la misma cantidad que cobran de narcosubsidio muchos parados de larga duración. Nos ofrecen lo siguiente: que el parado renuncie a su subsidio para que por la misma o menor cantidad de dinero se desplace al trabajo, trabaje 4? horas y aguante a una jefa jeta (por la selección natural de la especie española que escala siempre la que más trepa).
A una mujer española media, con un hijo a su cargo y viviendo en el extrarradio, le quedarían unos 60 euros en limpio de un minijob. Si descuenta el transporte mensual al mini-curro, unos 90 euros si se toma algo en el mini-descanso del trabajo y los 200 euros por dejar al niño en la guardería. Menos mal, le dirá para consolarla su jefa trepa, paleta y pija, que con los 60 euritos que te sobran te puedes comprar el primer plazo de una correa de la joyería Tous.
Como vemos no hay ningún incentivo, a parte del de convertirse en mecenas del "arte español", por el que un parado de 400 euros quisiera abandonar el narcosubsidio y la comodidad de su sofá desde el que ahora puede adorar los diversos ángulos de la cara de Iker Casillas.
Pero nos dicen: Los minitrabajos han tenido mucho éxito como medida temporal para acabar con el desempleo en Benelux o en Alemania. ¿Por qué el narcoparado español no se va animar?
Sencillo: porque aquí se cotizan 4 horas y se trabajan 8 horas extras que no te mini-paga nadie. Sencillo: porque aquí no sería una medida temporal sino una condena. Y el narcoparado lo intuye. Porque tiene amigos que tienen contratos a tiempo parcial y porque sabe, después de los diez años que se pasó con contratos de prácticas, que lo que allí son circunstancias temporales aquí se convierten en crónicas.
Vamos, que solo hay que hacerle un EEG a un empresario alemán y otro, apartando la montera picona primero, a uno español; y ver la diferencia.
Los minijobs solo los podrían aceptar minipersonas, que no tienen hijos en casa sino playmovils, que se transportan a bordo de Guilliver, y que tienen la minimemoria de un piojo para no saber cómo se las gasta el empresariato en España.Obtenga un empleo a su medida”, le dicen a la minipersona.
Pero OJO, que el gobierno que es experto en economía de incentivos, sabe que los minijobs incentivan claramente a no trabajar. Sabe que la elección más racional de cualquier parado será quedarse en casa antes de ir a trabajar por menor cantidad de la que ya tiene.
Entonces, ¿por qué el gobierno propone minijobs? Pues para vivir de la hipótesis de los mini-sinvergüenzas, CLARO.
Aprovecharán esta circunstancia, que la gente elija racionalmente quedarse en casa para decir que el problema de España no es que no haya empleo; sino que la gente es una vaga y no quiere trabajar. Dirán: “El narcoalelado no quiere minitrabajar”; “Es que España es ansín”; “El ejpañol ej un listo” bla bla bla.
Y como estamos narcotizados dejaremos que después de tomarnos por inútiles sociales durante tres años de paro, nos ofrezcan un trabajo trampa, y lo usen de excusa para volvernos a insultar de nuevo. Pero además nos lo creeremos. Porque el español narcotizado medio prefiere que le llamen mini-sinvergüenza que inútil, que es lo que realmente es para la nueva economía social. “Es que en España hay mucha picaresca” Decimos orgullosamente los parados de mi barrio cuando Mariano nos invita a unos cubatas.
Y al gobierno y a los banqueros les viene de lujo. Porque al considerarnos a nosotros mismos mini-sinvergüenzas 1. Nos culpamos en parte por nuestra falta de empleo exculpándoles en parte a ellos; 2. Transigimos mucho más fácilmente con que los políticos y los banqueros sean unos maxi-sinvergüenzas.
Dice Puri, una narco-parada con ambiciones de paleto-pija de mi barrio: “Uy, el Gurtel, si yo tuviera poder haría lo mismo”. Pero señora ilusa, no se da cuenta de que por mucho que pague mensualmente la letra de su correa tipo Tous; ni usted, ni sus hijas, ni sus nietas, ni nadie de su familia van a tener la mínima posibilidad en su miserable vida de tener el mínimo poder de ser maxi-sinvergüenzas, porque ellos siempre estarán pisándoles.

1 comentario:

  1. Hola Miranda
    Me gustan mucho tus relatos y me alegra que te decidieras a ponerlos ,asi podre ver lo que
    escribes .
    Animo y sigue escribiendo que tienes talento.
    Asludos Pilar macia

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