"¿Miedo?
No, ninguno.
Más
bien, curiosidad al observar las cosas que me pasaban
y
búsqueda de estrategias para afrontarlas." (L.L.)
Llámenme cobarde, pusilánime o rara, pero siempre le he tenido miedo a la
menopausia, a lo que la menopausia supone, o a lo que creía que suponía.
Por
eso me propuse hablar con amigas que ya la hubieran pasado, recopilar y conocer experiencias, desmitificar el fenómeno
y sobre todo, conocer mejor por qué senderos me lleva mi
cuerpo.
Después de algunas charlas, este es el
estado de mis miedos:
1.- El miedo a envejecer.
La menopausia
sucede un poco más adelante de la mitad de la vida. No sucede cuando eres vieja, sino cuando estás
en la plenitud vital.
En España, la menopausia sucede en torno a los
49-51 años (la edad de Mónica Bellucci!).
Tres mujeres a las que admiro y que tuvieron la menopausia hace
unos 20 años:
Diane Keaton
Dilma Rousseff
Isabel Allende
Las admiro porque lograron grandes
cosas (ser una actriz de referencia, ser presidenta de Brasil, ser una escritora de éxito) y todas las lograron en el
climaterio. No eran viejas, sino que estaban en la plenitud en el ejercicio de su creatividad, talento y liderazgo.
Tip: Restringir nuestra "no vejez"
a nuestro periodo fértil
es como restringir la delgadez a la talla
36.
CHULETA
MENTAL 1: LA ESPERANZA DE VIDA DE LAS MUJERES ES DE 86 AÑOS Y LA MENOPAUSIA
OCURRE APROXIMADAMENTE A LOS 50.
2.-
Miedo al estigma.
Lo
que más miedo me daba de la menopausia era "ser menopaúsica". :S XD
El
patriarcado construye nuestras identidades a partir de nuestras funciones
reproductivas.
Son
identidades que a menudo nos agreden y como poco nos estigmatizan.
Tener miedo a "ser menopaúsica" es un poco como tenerle miedo a "ser gorda".
No
es tanto por agradar, ¿eh? En el fondo no soy tan complaciente. Es por liberarme del estigma, del
daño que me puedan hacer a través del rechazo, de la desvalorización o de la
exclusión.
Tip: Librarnos del estigma es imposible,
porque todas tarde o temprano acabamos manchadas.
Temer al estigma es un miedo irracional,
porque en nuestro caso, es un peligro seguro.
Tip: Librarnos del estigma es imposible,
porque todas tarde o temprano acabamos manchadas.
Temer al estigma es un miedo irracional,
porque en nuestro caso, es un peligro seguro.
Así que mi estrategia no será luchar
contra el estigma, sino que mi identidad no esté relacionada con él.
Nunca voy a decir
que soy menopáusica, igual que hoy no digo que soy reglosa.
Yo soy Miranda, una identidad creada por
mí, no por las funciones de mi hígado o de mis ovarios.
CHULETA MENTAL 2: MI AUTOCONCEPTO ESTÁ LIBRE
DE MI IDENTIDAD REPRODUCTIVA.
3.-
Miedo a perder parte de mi sexualidad.
Edith se convirtió en estatua de sal. El
dios cristiano la castigó por mirar atrás, en aquella huida forzada del
placer, de la sensualidad, de Sodoma y Gomorra.
La menopausia, como la historia de Edith, parece tener su puntito de estatua
de sal, no solo por el simbolismo, sino por algunas de sus consecuencias físicas comunes: la piel se descama ,
fragilidad en los huesos, sequedad vaginal y rigidez articulatoria.
Sin embargo, y a pesar de los mitos, parece que nuestra sexualidad no merma. Ya que como bien nos recuerda el clítoris, nuestra sexualidad no está vinculada a nuestra fertilidad.
Por otro lado, y en el caso de las relaciones coitales, la facilidad para el coito en la menopausia, una vez aplicados lubricantes, parece ser mayor, ya que muchas inhibiciones desaparecen con la madurez y el miedo a quedarse embarazada.
Quizás uno de los grandes miedos no sea tanto perder sexualidad sino deseabilidad. En caso de que tal condición (el tener la regla o no) fuera de algún modo perceptible. Pero eso no me lo puedo contestar yo, sino que tendrán que contestarlo y contestárselo los lectores hetero y las lectoras lesbianas. Qué es lo que les atrae, qué les motiva o qué les enciende.
Una de las mujeres con las que hablé me dijo que la menopausia era un gaje de la edad, "como la vista cansada" (L.L.).
Quizás uno de los grandes miedos no sea tanto perder sexualidad sino deseabilidad. En caso de que tal condición (el tener la regla o no) fuera de algún modo perceptible. Pero eso no me lo puedo contestar yo, sino que tendrán que contestarlo y contestárselo los lectores hetero y las lectoras lesbianas. Qué es lo que les atrae, qué les motiva o qué les enciende.
Una de las mujeres con las que hablé me dijo que la menopausia era un gaje de la edad, "como la vista cansada" (L.L.).
CHULETA
MENTAL 3: DIOS NO EXISTE. ASÍ QUE PUEDES PASAR DE LOTH Y VOLVERTE A SODOMA Y
GOMORRA. (SOLO QUE NO TE OLVIDES LAS GAFAS)
4.-
Miedo a la pérdida de salud.
Entrevisté a diversas mujeres sobre las
consecuencias de la menopausia para la salud y hubo posiciones de todo tipo: desde las que la
encontraron como una bendición a las que la describieron como un horrible
incordio.
"La pasé hace años sin el más mínimo síntoma, y me encuentro mejor que nunca. Antes sufría unas jaquecas horribles y desaparecieron. A mi madre también le
desaparecieron las jaquecas y se encuentra físicamente y mentalmente mejor." (A.D.)
Sin embargo, registré vivencias mucho más
complejas, como las de las personas con menopausia precoz (una condición que es
habitual en mi familia), y a las que a menudo se les asusta insensatamente con
una vejez prematura por pérdida de estrógenos.
También hablé con mujeres con
fibromialgia y otras dolencias ya estigmatizadas
de por sí, a las que una crisis en la menopausia vino a suponer un nuevo
estigma y por tanto un elemento aditivo de incomprensión y exclusión.
En mis conversaciones descubrí que había
una menopausia por cada mujer, una vivencia completamente distinta, como la de
la vida. Me di cuenta que la menopausia solo era un momento y unos síntomas
concretos pero que su vivencia era como el extremo del hilo a partir del que
podía explorar la madeja de la identidad convulsa que es ser mujer.
CHULETA
MENTAL 4: IDENTIDAD EN GUERRA, CUERPO DAMNIFICADO.
¡MENOS
MAL QUE TENEMOS VOCACIÓN DE ENFERMERAS!
5.- Miedo a la depresión.
Hay algunas mujeres que son diagnosticadas por depresión
llegada la menopausia. Aunque si bien es cierto, estimar la causalidad de dicha depresión es un
asunto complicado.
a) Es complicado, en primer lugar, porque ¿cómo saber si la depresión por menopausia es
debida a la pérdida de roles (como mujer fecunda o como madre por abandono del
nido) o debida a la fisiología?
He hecho lo que el mundo me ha mandado. Ahora puedo hacer lo que quiero,
pero... ¿qué tengo que hacer?
Recuerdo de nuevo que para la mitología
cristiana, Edith, en castigo divino por su deseo, su duda o su curiosidad, se
convirtió en estatua y fue abandonada en el lugar por toda su familia. Permaneció
sola e inmóvil por el resto de la eternidad.
Microcuento
verídico:
Conozco
una mujer cuyo padre y cuyo marido la maltrataron sin piedad toda la vida. Su
temor a ellos era tan grande que lo convirtió en delirios, en forma de figuras masculinas
brutales que la asaltaban por la noche
en su cama. El día que ambos murieron,
de forma abrupta e inesperada, desaparecieron las horribles visiones, y ella cayó en una profunda depresión de la que
aún, décadas después, no ha conseguido desprenderse.
b) En segundo lugar, quiero alertar de que la atribución
de la depresión a los 50 a lo físico tiene varios intereses de tipo económico-patriarcal:
- A saber, la medicalización de las crisis
vitales.
- Suponerte limitada biológicamente, dañada por
la menopausia, ayuda a que no te escapes del redil y ejerzas las funciones de
cuidado que se esperan. (La biología, que se lleva consigo, funcionaría como una cárcel aunque
huyas)
Por todo ello, es difícil saber si esas
depresiones son por un desajuste hormonal, o porque ,como Edith, nos situamos
ante la duda, en un cruce de caminos. Probablemente haya un poco de las dos
cosas.
CHULETA
MENTAL 5: LA DEPRESIÓN, EN EL FONDO, ES UN ACTO DE REBELDÍA. POR LO QUE SU ÚNICA
PREVENCIÓN CERTERA ES LA REBELDÍA CONTINUA.
Estas 5 chuletas
mentales son conjuros de bruja, que me dan poder para enfrentar el futuro (tenga menopausia precoz o no) con optimismo y con confianza.
Toda bruja para hacer
sus pócimas necesita de su akelarre. Gracias a las mujeres que he entrevistado
y de las que aprendo cotidianamente.
Tenemos que regresar con orgullo a nuestros orígenes de brujas, para sobrevivir en este mundo que nos rechaza.
ResponderEliminarMe separo después de 24 años, mi hijo adolescente tiene muchos problemas, vuelvo al mercado laboral y para más inri comienzo a sofocarme porque cambio de ciclo hormonal. De repente me siento presa de la sensación de que llega el fin de mis años lozanos, nada ha cambiado en esencia pero me siento cercana a las abuelitas y sus achaques! Ante tamaño momento vital he buscado bajo las piedras una visión de la menopausia que escapara a aquella a la que nuestra cultura nos somete para anclarme a ella y seguir avanzando en este, otro día de resistencia. Gracias por los conjuros. Me ha pillado por sorpresa y no tenía ninguno. Un abrazo.
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