domingo, 22 de diciembre de 2013

narcoparados

“Dentro de lo que cabe yo no me puedo quejar.” Esta es la razonable frase con que muchos españoles, de entre tu familia o amigos, estas Navidades, y tras contarte la retahíla de abusos de los que son víctimas y la frustración que sienten, acabarán su discurso. 
El que tiene trabajo lo dice pensando en los parados, los parados que llevan dos meses buscando curro lo dicen pensando en los de larga duración, y los de larga duración que cobran 400 eurillos lo dicen pensando en los que no tienen subsidio. 
No crean que no, pero incluso los parados que no tienen subsidio se ojean de vez en cuando la foto de un niño africano, en huesos y rodeado de moscas, y murmuran “Dentro de lo que cabe yo no me puedo quejar”.
Como si quejarse de la situación de uno no fuera legítimo cuando hay otras personas en condiciones que son más injustas. Y la realidad matemática es que si esto fuera cierto sólo podría quejarse una sola persona en el mundo, la que está más jodida de todas. Y una sola, quejándose, no parece que pudiera hacer mucho ruido.

Pero vamos a detenernos en ese curioso individuo, el desempleado de larga duración que cobra cuatrocientos euros al mes y dice que dentro de lo que cabe no se puede quejar.
En primer lugar, pensemos ¿para qué recibe precisamente esos 400 euros al mes?. Obviamente no es para pagar una casa y alimentar una familia porque ese dinero no da.
Entonces, si no sirve para salir adelante, ¿para qué es untado cada mes con esta curiosa cantidad?

Hay gente que ingenuamente piensa que la intención de los gobiernos es que esas familias vivan dignamente y que aunque te subsidien una cantidad escasa para sobrevivir con decencia, si hubiera más dinero en las arcas del estado, los ministros de economía la aumentarían. Pero, ¿no piensan esos ingenuos que si el gobierno tuviera intención de mantener las familias de parados a flote en vez de dar 400, subsidiaría la alimentación y el transporte público para desempleados y otorgaría una casa de las muchas de las que puede disponer? Bastaría con crear puestos de trabajo en la alcaldía, promover a la industria local, apoyar a las organizaciones de parados y sus iniciativas para la creación de empleo. Pero ni el parado es prioridad en los planes públicos, ni hay intención alguna de que esa familia o individuo vivan dignamente. Más bien de lo contrario.

Explicaré porqué.

El sentido del mileurismo en los años 2000 era que los españoles no tuviéramos capacidad de ahorro. Así, para una compra que superara el precio de los bienes básicos teníamos que endeudarnos para forrar a los bancos. 
El sentido del 400-eurismo, en esta nueva década, es que los españoles nos infantilicemos, involucionemos, nos alelemos.

Explicaré cómo.

Con 400 euros uno tiene que ser dependiente para sobrevivir, o vuelve a casa de su madre o a casa de su exnovia, pero ya no puede pagarse una propia. Las mujeres abusadas regresan con sus maridos y las que tenían una habitación propia ahora duermen con su abuela.

El objetivo del narco-subsidio de 400 euros es claro, idiotizar a la población desenmancipándola, porque no hay nada con un efecto narcótico mayor que estar a la sopa boba.

Ahí vemos a esos adultos narco-parados, antiguos albañiles y trabajadoras sociales, que reciben la paga como a los 17 años. Les da para comprar tabaco, el bonobús y pagarse una ronda de cervezas en el bar. (Porque ya a los cubatas invita algún señor mayor, que está prejubilado).

Mientras, el narco-parado desarrolla una actitud ambivalente con la suegra controladora, el exnovio manipulador y con el Estado, que subsidia mensualmente su narco-inutilidad. El narco-inútil los odia aunque los tiene que querer, porque le “ayudan”, porque depende de ellos, porque dentro de lo que cabe no se puede quejar.

Narco-parado común, ¿qué es lo que te impide darte cuenta de que a la sociedad no le sirves y a la familia no le aportas?, ¿qué es lo que te permite aceptar sin protestar que después de llamarte inútil te den un sueldo de dependiente similar al que le dan a los personas sin responsabilidad adulta que están a cargo de sus tutores?

El narcosubsidio es la mejor manera moderna de poder tratar a 5 millones de personas como imbéciles sociales sin que se quejen. Ojo, que el efecto sedante se puede incrementar yendo al psiquiatra (porque el subsidio no da para pagar un psicólogo, fuera de la seguridad social) o con los cubatas a los que invita el prejubilado de turno. 

Así, cuando el narcoparado habitual diga que dentro de lo que cabe el no se puede quejar se le escapará un hilillo de baba por la comisura de los labios hacia el suelo que lo hará aún más convincente.

Qué llevar a tus citas, ¿veneno o factura?



Hace unos días, la feminista mexicana Marcela Lagarde, dio una conferencia en Fuenlabrada a propósito del amor hetero-romántico (1).

Según ella, los hombres no nos tomaban tan en serio como parejas porque creían en la eterna disponibilidad de las mujeres. 
No tenían miedo a llegar a viejos solos porque daban por descontado el ser amado.
Contaba que se desenamoraban rápido, que pronto les caímos pesadas porque tenían que atender a otras prioridades. Y que por eso siempre se contenían emocionalmente, al contrario de nosotras, que explotábamos emocionalmente, creyendo haber encontrado un alma gemela.
Más allá, decía Lagarde: los hombres cuando expresaban afecto, lo hacían con empeño solo si esto alimentaba su ego de poetas.

Me enfadé al escucharla. Si se cumplía la predicción de Lagarde estaba dispuesta a llevar veneno a mis citas.
Así que, antes de decidirme, pregunté sobre el tema a una muestra poco significativa de amigos, pero cuyos resultados me sirvieron para reflexionar.

¿Jugáis con ventaja los hombres?
Lo primero y más llamativo de todo es que muchos de los hombres a los que pregunté no entendían estas afirmaciones de Lagarde.  Algunos las veían ambiguas y no sabían si posicionarse en el sí o en el no.

Mientras, las mujeres las comprendían de inmediato al leerlas, y una me dijo "Cariño, deja de retratar a mi ex".

Sin embargo, cuando comenzaron a contestar, los hombres no le dieron la razón a Marcela Lagarde. Al contrario, muchos hombres me respondieron muy románticamente.

Respecto a la expresión de sus sentimientos es verdad que muchos se mantenían recelosos, pero algunos afirmaban romper límites sin medir consecuencias.

Hubo respuestas conmovedoras: "No sé si será ego, pero a mí me da orgullo hacer feliz a mi pareja, lo que más echo de menos de mi ex es hacerla reír."

Si bien era cierto que el miedo a envejecer solos era menor entre los hombres que entre las mujeres,  no daban por hecho que encontrarían a un amor incondicional.
De hecho alguno afirmó que no les gustaba que las mujeres se entregaran incondicionalmente "porque es como si se arrastraran... porque su entrega se basa en su baja autoestima"

Los hombres veían el amor incondicional como sumisión. Las mujeres por el contrario lo veían más bien como peligroso. Ellos, en sus respuestas, no mostraban miedo, pero se mostraban cuidadosos con las mujeres, como si tuvieran que hacer un esfuerzo para no hacer daño.

La percepción de las mujeres, sin embargo, era más parecida a la realidad que describía Lagarde.
Dos chicas de 16 años me dijeron: "Qué sería del amor si nosotras dejáramos un día de dar. Dejaría de existir."
Y a las ancianas de ochenta, esas viudas que envejecen solas, al contrario que a los ancianos, las oigo abominar de la sola posibilidad de aguantar a otro hombre más.

Sé, por otro lado, que son las mujeres las que rompen más relaciones. A pesar de haber sido educadas para sentirse fracasadas solas, y a pesar de haber sido educadas para sentirse peor en soledad. Prefieren envejecer solas.

Parece por tanto que las relaciones afectivas tienen muchas más probabilidades de decepcionar, de dañar a la mujer que al hombre.

Y al final lo que sirve en una relación de pareja es la subjetividad, cómo la vives y no lo que quiera mostrar el otro.

¿De qué servía que los hombres se sintieran Romeo si las mujeres no se sentían Julieta?

Podéis pedirnos "espabilad", "realismo", "olvidaos de los cuentos del príncipe azul", o "mantened distancia emocional".

Pero, está comprobado: no sirve, generalmente. 

Y es que nos crujen la cabeza desde pequeñas siempre con la idea, con la sospecha, de que no merecemos ser queridas. O bien porque tenemos los pies muy grandes para lo zapatitos de Cenicienta o bien porque tenemos el culo muy grande para los pantalones de Stradivarius. El caso es que no encajamos en la belleza o aún más, en la normalidad. La exclusión social nos hace intuir, entonces, que nunca seremos queridas.

Y nos entregamos en extremo, porque siempre creemos que tenemos que compensar esas taras. Creamos relaciones poco simétricas.

Al final de la jornada, bien sea por el cansancio del amor, bien sea por estar siempre dando sin recibir lo mismo a cambio, nos sentimos poco queridas, decepcionadas y curiosamente, interpretamos que era verdad esa intuición nuestra adolescente: nos damos cuenta de que no merecíamos ser queridas.

Arriesgamos demasiado las mujeres cuando nos enamoramos. ¡Toda nuestra autoestima!

Mi consejo, por tanto, para minimizar estas pérdidas, es claro: COBRAR.

Objetivar beneficios es mucho más racional.
De esa manera las relaciones tienen menos probabilidades de ser insatisfactorias y nuestra autoestima de verse herida.

Cobrar no es una idea nueva. Es algo que de manera implícita se lleva realizando desde tiempo inmemorial.
Es lo que se esconde tras el deseo de que un hombre tenga dinero o seguridad económica.
Es lo que se esconde tras la galantería de pagar las facturas o colmar a regalos.

Ya se han tasado en los divorcios: el coste de los consejos, los apoyos, las coladas, la comida, los cuidados. Aunque hay cosas superadas, hay otras que parecen perennes como la de ver la basura antes que tú y tener que pedirte cada noche que la saques, cuidar de tu madre como tú nunca harías con la mía o priorizar siempre tu trabajo cuando tenemos hijos.

Mi consejo es cobrar desde el principio, para evitar pesadas negociaciones a posteriori.

Un consuelo para las románticas incurables a quienes les pueda dar grima este materialismo: Si finalmente el romance sale bien y dura toda la vida, siempre podrás dejar el dinero como los caseros, en depósito, pendiente de devolverlo solo si al final no hay ningún destrozo.

Cobrar, dirán algunos, es cosificarnos aún más, prostituirnos, convertirnos en objeto.
No si lo hacemos explícito. Al contrario, es valorizar objetivamente un sacrificio que ahora se nos paga con limosnas. Es resarcirnos de la insatisfacción que el amor romántico nos acarrea.

¿Que os llaman interesadas? Yo os invito a establecer un precio standard por hora y expedir factura.

¿Cuánto nos cuesta al fin y al cabo mantenernos a punto?
Dietas, cremas, maquillaje, intentar encajar en una talla para la que aún fabriquen ropa.

Y yo pregunto, ¿todo eso lo hacemos gratis?, ¿todas esas cremas anticelulíticas se supone que han de ser una inversión? ¿En qué estamos invirtiendo? ¿en un amor insatisfactorio o probablemente insatisfactorio?

¿Y aquellas que se pelean por pagar a medias la cuenta? ¡Vamos, mujeres, transcendamos nuestra mansa inocencia!

¿De qué estamos hablando?

Cremas de hombre: aftershave y antiarrugas
Cremas de mujeres: crema hidratante, crema depiladora, crema antiarrugas noche y día, crema anticelulítica, crema para las bolsas, crema para la papada, crema para las patas de gallo, crema reductora, crema moldeadora,...

Maquillaje de hombre: 0
Maquillaje de mujeres: Rimmel, base, corrector, polvos, lápiz, delineador, barra de labios, colorete,...

Dietas de hombre: Pocas.
Dietas de mujeres: la de la piña, la de la savia, la de la alcachofa, la del pollo, la Dukan, la de la anorexia, la de la bulimia, la del TAC...

Ya no vamos ni a hablar del costo en salud, en dinero y en visitas a un ginecólogo -que te mete un aparato por la vagina-, de los anticonceptivos.

Porque estas son solo algunas de las muchas razones por las que al hombre, al final, el amor no le puede salir gratis.



Y a las que esto os parece una locura esta propuesta, yo os pregunto, cuántas de vosotras os habéis preguntado alguna vez... después de una relación insatisfactoria en la que al final:

1.- o has estado cuidando de un hombre sin espíritu,

2.- o has estado follando con un ególatra,


¿cuántas de vosotras no habéis pensado...



... si al menos hubiera cobrado?



lunes, 9 de diciembre de 2013

¡Dios, la que se armó!

ADVERTENCIA. NO LEA ESTA POST SIN HABER LEÍDO ANTES EL ANTERIOR.


El otro día me encontré a un grupo de blancos que querían que los indios tuviéramos las mismas oportunidades que ellos y así les pregunté:


1.- ¿Estáis dispuestos a enfrentaros a otros hombres blancos, racistas, para salvaguardar la igualdad?  

2.- ¿Estáis dispuestos a no querer llevar la razón siempre, incluso en cuestiones de racismo, a aprender de los indígenas, aunque os duela el ego?

3.- ¿Estáis dispuestos a no comprar, si tenéis opción alternativa, productos que promueven una visión humillante de los indígenas?

4.- ¿Estáis dispuestos a no consumir películas si éstas son vejatorias con los indígenas?

5.- ¿Estáis dispuestos a pedirle a vuestro jefe cobrar lo mismo que vuestros compañeros indígenas, ni más ni menos?

6.- Si estáis en una mesa y alguien os sirve más comida por ser blancos, ¿estáis dispuestos a rechazarla? ¿Incluso si escasea?

7.- ¿Estáis dispuestos a no dejar que los indígenas, acostumbrados a los trabajos más serviles, hagan por vosotros lo que deberíais hacer vosotros mismos, auto-excusándoos, diciéndoos que es que ellos quieren? ¿Estáis dispuestos a que no os jueguen el rol de siervos-amo?

8.- ¿Conseguiréis algún día no dar más importancia a lo que dice un blanco que a lo que dice un indígena?

9.- ¿Podréis leer libros de indígenas con la misma fe en que es buena literatura? (IDEM para todo el arte).

10.-¿Protestaréis si el profesor o el jefe os felicita más a vosotros, ninguneando a los compañeros indios, que han hecho el mismo trabajo?. ¿De veras podréis renunciar a la perfecta ecuación blanca de poner a los indígenas a hacer la tarta, para poner vosotros la guinda y llevaros completo el mérito?

11.- ¿Dejaréis de mirarnos como si nuestro cuerpo fuese salvaje y lo tuviéramos que vestir a vuestro gusto? ¿dejaréis de juzgarlo como si nos lo hubierais prestado y estuvierais pendientes de lo que se civilizara, de que se adecentara y se vistiera bien?

12.- ¿Dejaréis de aprovecharos del mandato de que seamos sumisos para venir a que os ayudemos a cambio de nada?

13.- ¿Dejaréis de hacer alianzas tácitas con otros blancos en el trabajo o en el pueblo para adquirir poder, que sutilmente excluyen a los indígenas?

14.- ¿Dejaréis de hacer comentarios sobre indígenas con contenido despectivo y/o humillante, que nunca haríais sobre un blanco? ¿Impediréis que los hagan en vuestra presencia?

15.- ¿De veras me decís que sí al punto 14?
¿Dejaréis de reíros de los chistes de macacos, de salvajes, de vagos?
¿De veras renunciaréis a clasificar a los indígenas según su validez en vuestra particular idea de civilización?

16.- Y por último, ¿dejaréis de pedirle a los indígenas, que precisamente sufren la discriminación, que resuelvan el problema y que os den todas las respuestas asumiendo por fin vuestro protagonismo en la lucha por la igualdad?

¡Dios, la que se armó!

Me dijeron cosas tales como que "si era yo la india que daba los carnets de antiracista".

"Que el hecho de que sus antepasados hubieran sido malos" con nosotros, no significaba que ellos tuvieran que cumplir estos puntos.

Que mis preguntas eran "injustas, malformadas y con graves contradicciones"

"Que no eran intersectoriales" ¿?

Me dijeron que "era un programa muy difícil de cumplir para cualquier persona", independientemente de su raza.

Que ser antiracista "no dependía de esos criterios".

Me llegaron a decir "si excluis" a los blancos "la cosa está jodida".

"Que si tenía algún problema en mi vida personal que no me desquitara así y que lo contextualizara. Que dejara de generalizar."




Yo sólo les preguntaba, les pedía, que no humillaran o se aprovecharan de los indios.


Y todos se sintieron culpables.

Hombres feministas

Hay hombres que comienzan a hacer sus pinitos en el feminismo,
que ya no sueñan con violar y matar mujeres,
que ni siquiera sienten placer viendo el CSI, 

viendo como violan y matan mujeres,
que ya ni tan siquiera sienten placer imaginando que pueden ser ellos quienes las salven o las venguen.
Que les preocupa, de verdad les preocupa,
más allá de que sea una excusa para presentarse como héroes,
que la mayoría de las mujeres seamos agredidas sexualmente alguna vez en la vida.
Y que cada semana muera una de nosotras solo en España.

Estos hombres dicen alegremente que quieren la igualdad de las mujeres, que se quieren hacer feministas.  Quieren la igualdad de las mujeres, que también significa la igualdad de los hombres: es decir, que para que una mujer deje de ser discriminada, un hombre debe renunciar a sus privilegios.
Y, yo les pregunto si "alegremente", ¿de veras están dispuestos a eso?

1.- ¿Estáis dispuestos a enfrentaros a los hombres machistas para salvaguardar la igualdad?  Algo desagradable que ni las mujeres colaboracionistas desean hacer.

2.- ¿Estáis dispuestos a no querer llevar la razón siempre, incluso en feminismo, a aprender de las mujeres, aunque os duela el ego?

3.- ¿Estáis dispuestos a no comprar, si tenéis opción alternativa, productos que promueven una visión cosificada (objeto) de las mujeres?

4.- ¿Estáis dispuestos a no ver pornografía si ésta es vejatoria con las mujeres?

5.- ¿Estáis dispuestos a pedirle a vuestro jefe cobrar lo mismo que vuestras compañeras, ni más ni menos?

6.- Si estáis en una mesa y alguien os sirve más comida por ser hombres, ¿estáis dispuestos a rechazarla? ¿Incluso si escasea?

7.- ¿Estáis dispuestos a no dejar que las mujeres hagan por vosotros lo que deberíais hacer vosotros mismos, auto-excusándoos, diciéndoos que es que ellas quieren? ¿Estáis dispuestos a que no os jueguen el rol de cuidadora?

8.- ¿Conseguiréis algún día no dar más importancia a lo que dice un hombre que a lo que dice una mujer?

9.- ¿Podréis leer libros de mujeres con la misma fe en que es buena literatura? (IDEM para todo el arte).

10.-¿Protestaréis si el profesor o el jefe os felicita más a vosotros, ninguneando a vuestras compañeras, que han hecho el mismo trabajo?. ¿De veras podréis renunciar a la perfecta  ecuación masculina de dejar a las demás hacer la tarta, para poner vosotros la guinda y llevaros completo el mérito?

11.- ¿Dejaréis de mirarnos como si nuestro cuerpo fuese vuestro y lo tuviéramos que cuidar a vuestro gusto? ¿dejaréis de juzgarlo como si nos lo hubierais prestado y estuvierais pendientes de lo que come o no, del escote que se pone y para quién?

12.- ¿Dejaréis de aprovecharos  del mandato de que seamos comprensivas contándonos todas  vuestras derrotas, rechazos, el currículum y las batallas de la mili?. ¿Os pagaréis por fin un psicólogo?

13.- ¿Dejaréis de hacer alianzas tácitas con otros hombres en el trabajo o en la familia para adquirir poder (compadrería), que sutilmente excluyen a las mujeres?

14.- ¿Dejaréis de hacer comentarios sobre mujeres con contenido sexual y/o humillante que nunca haríais sobre un hombre? ¿Impediréis que los hagan en vuestra presencia?

15.- ¿De veras me decís que sí al punto 14?
¿Dejaréis de reíros de los chistes de suegras, de putas, de anoréxicas, de bulímicas, de histéricas, de locas de los gatos, de solteronas, de gordas y de malfolladas?
¿Entenderéis algún día que la condición sexual o física de una mujer no es asunto vuestro, ni de risa? ¿De veras renunciaréis a clasificar a las mujeres según su validez como objeto de vuestro consumo?

16.- Y por último, ¿dejaréis de pedirle a las mujeres, que precisamente sufren la discriminación, que resuelvan el problema y que os den todas las respuestas asumiendo por fin vuestro protagonismo en la lucha por la igualdad?


Sé que os será completamente imposible contestar sí a todas estas preguntas. Así que ahorraros la palabrería de que sois feministas.
Y si, por una extraña casualidad, contestarais que sí a todas las preguntas, tampoco esperéis que os de las gracias.

Dejar de joder a las otras personas es lo normal. 
No es ningún mérito.

martes, 19 de noviembre de 2013

La última arma del neomachismo: colarse en las oficinas de igualdad.

A veces me pregunto para qué sirven las concejalías, las oficinas municipales de igualdad, si muchas de ellas están gestionadas por personas machistas.

Un ejemplo paradigmático es la oficina de la mujer de Gijón, que con motivo del 25 de Noviembre, día internacional contra la Violencia de Género, imprimía y colocaba por toda la ciudad estos carteles:

(La incomunicación es la fuente de toda violencia)


“Mucho antes de que él llegue a la más mínima idea de tocarle un dedo, (la mujer) debe ser capaz de corregirle con suavidad, pero con firmeza”: es una frase de la acólita del OPUS DEI Costanza Miriano, autora del libro "Cásate y sé sumisa", pero bien podría ser la leyenda de este cartel asturiano. 

Sugerir a la agredida que la culpa de la violencia que recibe quizás pueda ser también suya, porque no sabe comunicarse, porque no se expresó adecuadamente:

1) Revictimiza y sume aún más en la espiral de violencia, ya que una mujer que se siente culpable abandona más tarde al maltratador y su pronóstico de recuperación psicológica es menor.

2) Pone en peligro, ya que las mujeres que afrontan violencia, pueden entender que se puede negociar o tratar de aplacar al maltratador (cosa que las ciencias sociales han demostrado falsa), en vez de huir; exponiéndose así a la muerte.

Lanzar un mensaje tan peligroso a las cientos de mujeres que en Gijón, probablemente están en estos momentos enfrentando maltrato, y que en estos días próximos al 25 podrían estar buscando un cabo al que agarrarse para escapar de su infierno cotidiano, me parece cruel e imprudente.

Por eso escribí lo siguiente a la oficina de igualdad de Gijón:



Y esta fue su respuesta:



Me costó entenderla:

- ¿Matar y golpear viola los DDHH? Ya lo sé. Lo que no sé es porqué "está de acuerdo conmigo" en que esto viola los DDHH si en ningún momento yo he mencionado tal cosa. 
¿Acaso y con esta afirmación está queriendo excusarse por no haberle dado la suficiente importancia a la gravedad del asunto?

- Me comenta que desde muchas perspectivas han investigado la violencia de género y que en todas han llegado a la conclusión de que la causa es multifactorial
¿Eso significa que una de ellas podría ser la mujer y su problema para comunicarle al hombre que no quiere recibir palos?
No. La responsable de igualdad olvida que desde todas las perspectivas científicas y académicas se ha llegado a la conclusión de que la mujer no debe ni puede hacer nada más que huir, escapar de esa situación sin mediación o comunicación posible. 

- Termina comentándome que la campaña sobre el mayor problema de salud pública por violencia que tenemos en el país se la han dejado a unos jóvenes que han formado en un curso, como echando balones fuera. No es responsabilidad del Ayuntamiento de Gijón sino de unos jóvenes en un concurso... 

Le he contestado así.



viernes, 8 de noviembre de 2013

PROYECTO ENCUENTRA UNA HEMBRISTA


Mucha gente habla de las hembristas, unos seres que al parecer nos rodean pero de los que no nos han facilitado, hasta la fecha, un solo ejemplo.

Tras una ardua encuesta solo nos han dicho que el hembrismo "es lo mismo que el machismo pero al revés"

Siguiendo esa regla hemos tratado de imaginar una sociedad hembrista....  si lees y apoyas los puntos enumerados a continuación, serás la primera hembrista identificada sobre la tierra.
Escríbenos a proyectoencuentraunahembrista@gmail.com

1.- En un estado hembrista cientos de miles de mujeres se conectarían a internet a diario para ver niñxs abusados sexualmente.

2.- En un estado hembrista las mujeres abortaríamos selectivamente a los hombres,

3.- En un estado hembrista mi perfil de twitter sería "mueren pocos".

4.- En un estado hembrista vosotros inventaríais la gastronomía y nosotras os deconstruiríamos los platos para llevarnos la fama de su autoría.

5.- En un estado hembrista cada vez que intentárais crear algo nuevo os llamaríamos locos, os haríamos el vacío o nos echaríamos unas risitas por lo ridículos que sois. 

6.- En un estado hembrista os pondríamos fotos de Brad Pitt desnudo hasta en el champú para recordaros a todas horas que sois unos GORDOS.

7.-  En un estado hembrista a los más gordos os bombardearíamos a anuncios para que cagarais más y para que os taparais más... aunque no os haríamos ropa.

8.- En un estado hembrista habría muchos hombres histéricos. Especialmente los que se quejaran.

9.- En un estado hembrista no podríais salir de noche sin pensar que os podrían violar unas asquerosas. Haríamos muchas pelis para recordároslo.

10.- En un estado hembrista miles de varones en lucha por su igualdad serían acusados cada día de fascistas, nazis y totalitarios, por el simple hecho de reclamarla.

11.- Y en un estado hembrista, cuando desafiarais nuestra supremacía con ironía, nos pondríamos a gritaros como energúmenas los insultos y vejaciones que se despliegan en los comentarios a continuación: